Los soportes de vidrio en el refrigerador pueden romperse o «reventar» durante la limpieza debido a varias razones relacionadas con el tipo de vidrio, el estrés térmico, el manejo inadecuado o incluso la acumulación de tensiones internas.
Recomendaciones para evitar que el vidrio se rompa al limpiar:
- Evite los cambios bruscos de temperatura, limpie el vidrio con agua tibia o fría en lugar de caliente.
- No ejerzas presión excesiva al limpiar.
- Asegúrese de que el vidrio esté bien instalado y que no tenga fisuras.
- Utilice productos de limpieza suaves y no abrasivos para evitar dañar la superficie del vidrio.
- Evita poner el vidrio directamente en el fregadero. Muchas veces abrimos el grifo sin percatarnos de la temperatura del agua que fluirá.
¿POR QUÉ REVIENTA EL VIDRIO?
Cambio rápido de temperatura (estrés térmico): Si el vidrio está expuesto a un cambio brusco de temperatura, como pasar de un ambiente frío del refrigerador a un entorno más cálido (por ejemplo, cuando lo limpias con agua caliente), el vidrio puede sufrir un choque térmico y romperse. El vidrio es sensible a estos cambios de temperatura y puede agrietarse o estallar debido a la expansión o contracción rápida.
Daños previos en el vidrio: Si el vidrio ya tiene pequeñas grietas o fisuras invisibles, al limpiarlo o aplicar presión sobre él, estas imperfecciones pueden agrandarse, lo que hace que el vidrio se rompa. A veces, las fisuras pueden formarse por impactos previos o por la presión de los soportes que lo sostienen.
Exceso de presión al limpiar: Si aplicas demasiada presión al limpiar el vidrio o al mover los estantes, el vidrio puede ceder. Esto es especialmente cierto si el vidrio no está bien ajustado en su soporte o si las superficies de contacto no están niveladas.
Vidrio de baja calidad: Algunos refrigeradores tienen estantes de vidrio que no son de la mejor calidad o no están tratados térmicamente (vidrio templado). El vidrio templado es más resistente, pero si no es de buena calidad o si está mal fabricado, puede ser más propenso a romperse con el tiempo, incluso al realizar actividades cotidianas como la limpieza.
Contaminantes en el vidrio: Si el vidrio tiene acumulación de residuos, como grasa o detergentes abrasivos, estos pueden causar debilidad en ciertas áreas al momento de limpiarlo, lo que puede hacer que el vidrio se rompa por la presión que ejerces al limpiarlo.
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